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este artículo haciendo énfasis en que rechazo totalmente todo tipo de
discriminación, sea contra personas heterosexuales u homosexuales. Todos los
seres humanos, sin excepción, tenemos dignidad y merecemos respeto.
Yo
no discrepo de los derechos que encierra la Unión Civil, los cuales, por el
contrario, me parecen un imperativo propio de la dignidad humana que coadyuvan
a elevar la calidad de vida y protección de las personas.
Mi
discrepancia se basa exclusivamente en cuestiones objetivas (y no en juicios
religiosos ni morales), que es la forma de analizar una ley conforme a mi rol de
parlamentario.
Efectivamente,
mi crítica a la Unión Civil es hacia la falta de transparencia, egoísmo e intolerancia
con que ha sido impulsada.
Falta
de Transparencia: El Congresista Carlos Bruce ha reconocido que la Unión Civiltiene los mismos derechos que el Matrimonio Civil. Entonces, ¿no es acaso un
Matrimonio Encubierto? ¿por qué no se actuó con transparencia y fue presentado así
a la población, o será que existe miedo al rechazo público? La naturaleza de
una Institución Jurídica está determinada por su contenido y no por su nombre,
por ello la Unión Civil es realmente un Matrimonio Encubierto.
Egoísmo: Si lo que buscamos es verdadera
igualdad, entonces ampliemos la Unión Civil a cualquier persona que desee
celebrar este pacto. Toda persona tiene derecho a elevar su calidad de vida y
buscar protección. ¿Por qué limitar los derechos que contiene este Proyecto únicamente
a las personas del mismo sexo? Esto es totalmente egoísta y discriminatorio.
Intolerancia:
En mi cuenta de twitter vertí las siguientes declaraciones: “La confesión de Bruce forma parte de su
estrategia para promocionar su Proyecto de Ley, trata de romper el Paradigma
del gay Peluquero”.
Mi
comentario no tuvo como fin ofender a las personas homosexuales. Por el
contrario, mi objetivo fue resaltar que no todos los homosexuales son
peluqueros porque tal percepción es un paradigma errado, el mismo que mi colega
Bruce ha querido desterrar hábilmente mediante la confesión de su orientación
sexual.
No
obstante, el contenido de esta frase ha tenido dos lecturas distintas por quienes
defienden la Unión Civil: Cuando fue dicha por mi persona ha sido calificada
como un “acto de discriminación”; mientras que la misma frase dicha por Bruce
fue calificada como un “acto encomiable”. Este desigual criterio periodístico
denota una actitud intolerante, con interpretaciones antojadizas de mis
pensamientos. Tratar de interpretar la mente humana sin rigurosidad profesional
es irresponsable.
Intolerancia
es que por discrepar con la Unión Civil se humille y ridiculice a mi persona
ante la opinión pública.
Finalizo
este artículo llamando a la reflexión a los defensores de la unión civil para
que actúen con rectitud y comprendan que los derechos son iguales para todos y
que los debates no se ganan con vejaciones, sino con ideas, tolerancia, transparencia
y apertura democrática.
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