El
ruido de las explosiones en el teatro Bataclan y de los disparos en las calles
de Paris, hicieron que el mundo despertara y abriera los ojos nuevamente para
observar la insania y crueldad del accionar terrorista, algo que
desafortunadamente los peruanos sufrimos hace algunos años atrás, por lo que
las imágenes que esta vez venían del extranjero, removió en nuestra mentes esos
recuerdos aún frescos del terror, el que también cobró la vida a miles de
peruanos, sin embargo, es necesario reflexionar sobre las diferentes actitudes
que asumió la sociedad civil ante quienes defienden la Democracia.
El
fatídico viernes 13 de noviembre del 2015, los atentados terroristas ocurridos
en Francia cobraron la vida de más de 140 víctimas inocentes. En respuesta a
este ataque al Estado, el Presidente Francés, Francois Hollande, no dudó en
tomar decisiones frontales para salvaguardar la integridad de la población: Cerró
las fronteras y ordenó que las Fuerzas Armadas patrullen las ciudades. Así, el
mandatario Francés mostró al mundo que un Estado Democrático no puede ser
dubitativo ni cobarde ante un ataque Terrorista, se debe confiar en las Fuerzas
Armadas y utilizarlas para responder a la agresión. Ningún líder político u
organización criticó estas decisiones, ya que saben que es imposible negociar
con Organizaciones Terroristas(OT), por eso es necesario combatirlas militarmente.
Es
conocido que Francia siempre fue considerada por los liberales peruanos y “caviares”,
como un ejemplo en lo concerniente a políticas “inclusivas”, “tolerancia
ideológica” y respeto a los Derecho Humanos; sin embargo, las medidas tomadas
por este país a los pocos minutos de ser atacados por terroristas generó en
ellos un sepulcral silencio, ya que contradicen la campaña de desprestigio que han
sostenido contra los miembros de las Fuerzas Armadas del Perú, quienes lucharon
por la pacificación.
La
campaña de demolición que realizan diversas ONGs contra los miembros de
nuestras Fuerzas Armadas que combatieron a la OT Sendero Luminoso y OT Túpac
Amaru, dejó una herencia de ingratitud y desconfianza para quienes pusieron el
pecho para reestablecer la democracia, acosándolos judicial e ideológicamente.
Hace
algunos días en Saint-Denis, el autor intelectual de los ataques terroristas, AbdelhamidAbaaoud, murió en la redada policial, lo que fue aplaudido por la ciudadanía y
autoridades, nadie pidió una investigación para cerciorarse que el Terrorista se
rindió antes de caer abatido. En contraposición, tenemos en el Perú el caso del
Operativo Chavín de Huantar, realizado hace 18 años, es reconocido a nivel
mundial y donde se rescataron a 71 rehenes; cuyos comandos continúan inmersos
en un juicio impulsado por algunas ONGs que se hacen llamar defensoras de los
Derechos Humanos.
Lo
ante expuesto es una clara señal que si bien los militares peruanos fuimos
victoriosos al obtener la pacificación del país en el campo de batalla, existe
una lucha en la que hemos sido derrotados, la ideológica. Los excesos legales
de estas ONGs han creado el principal problema de seguridad en el Perú, “Se
está perdiendo la voluntad de lucha en nuestras Fuerzas Armadas y PolicíaNacional en temas del frente interno por las persecuciones judiciales que se
les hacen a sus integrantes”
Ahora
que Francia dio al mundo un claro ejemplo de cómo combatir al terrorismo,
espero que el ala “progresista” y “liberal” en el Perú continúe viéndola como
un modelo y entienda que para derrotar al terrorismo debe existir un respaldo total
de la ciudadanía, para combatirlo frontal y enérgicamente, tanto en el campo militar,
como en el ideológico.